Don Quijote y Sancho están durmiendo encima de unos matorrales. Están en las afueras de la ciudad de Toledo. El primero en despertarse es Don Quijote, vió a Sancho y lo dejó dormir un rato más. Él se fue a buscar comida por el bosque. Cuando llegó al sitio dónde estaba Sancho, vió que ya se había despertado, se sentó a su lado y empezaron a comer.
Luego se montaron al caballo y al burro respectivamente, y se fueron hacia Madrid. Para ellos no significaba nada porqué ya habían recorrido mucho camino. A la mitad del camino entre Toledo y Madrid, se encuentran a tres caballeros. Sancho quería marcharse por otro camino, pero Don Quijote prefiere seguir el camino, ya que ellos no han hecho nada malo, sólo se van a Madrid.
Cuando tienen los tres caballeros delante, Don Quijote ve que van muy bien preparados, con una armadura muy buena y cara y unos caballos muy fuertes. Don Quijote hace ver que no los ve pero ellos se paran delante suyo y les hacen parar. Hablan sobre temas de caballería, y al cabo de poco tiempo Don Quijote y Sancho ya están otra vez yendo hacía Madrid.
Una vez allí, van a visitar un castillo que antes era dominado por un rey muy tiránico. Dan la vuelta por los alrededores del castillo a ver si ven algo, pero parece que hace tiempo que nadie pisa el castillo. Entran dentro y quedan horrorizados de ver que todo se encuentra tirado por el suelo y lleno de sangre. Dan la vuelta por todo el castillo y no encuentran a nadie.
A Don Quijote le viene un “flash” en la cabeza, y decide quedarse a vivir en este castillo para siempre, ya que hace mucho tiempo que nadie pasa por allí. A Sancho le parece bien, pero quiere enviar un mensaje a su esposa y a su hija para que sepan que están bien y que si quieren venir a vivir con ellos.
Y así es como se quedan a vivir allí para siempre jamás, hasta el fin de sus dias...
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